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Prostitución: Otra Forma de Violencia
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POR LA IGUALDAD DE TRATO, DE REPRESENTACIÓN Y DE VALORACIÓN

El pasado lunes 23 de noviembre, nuestra Escuela recibió virtualmente a la doctora Lydia Delicado-Moratalla para animar una charla sobre prostitución, tecnología y pornografía como siniestra simbiosis de explotación de la mujer. Nuestra invitada se formó como geógrafa y se especializó en geografía feminista (humana, social y política). Se doctoró en 2018 con la tesis, titulada Desde la esclavitud de mujeres negro africanas a la prostitución nigeriana en Alicante. Una geografía feminista (siglos XVI-XXI), y es docente en Estudios de género y otras disciplinas cercanas en la Universidad.

Lydia Delicado comenzó con la presentación de algunas imágenes publicitarias de productos tan neutros como una Feria del libro de Zamora en 2017, la Noche blanca comercial en Jaén o la Spain marks que se han valido de imágenes sexualizadas de la mujer para promocionarlos, lo que demuestra que hemos asistido a la normalización del proceso cosificador de la mujer, objeto decorativo, objeto hipersexualizado u objeto pornificado.

Lydia Delicado sostiene que las elecciones personales están comandadas por la construcción sexual que nos precede, que otros han cimentado, y cuando se dice otros, se está excluyendo a la mitad femenina de la población. Porque cuando una chica muestra su desnudez en un perfil de WhatsApp, por ejemplo, no asistimos a la representación de la libertad, sino de que otros han construido: es una representación para otros. El desarrollo de internet ha implicado un aumento exponencial del grado de hipersexualización. El material de las redes, que adquiere su valor por el número de likes que acumula, no representa a mujeres que-hacen-cosas, sino a mujeres que-son-cosas, es decir, la mujer como objeto de transacción entre los hombres. La mujer ha recibido como mandato lo que se puede resumir en la ley del agrado, mientras que el mandato del hombre es bien distinto desde pequeño: “Tú, con todas las que puedas”. Aquí se establece el primer vínculo con la pornografía, que después puede derivar en consumo de prostitución. Ambas prácticas forman parte de la industria de la explotación de las mujeres, que es un negocio internacional que participa de las estructuras capitalistas desde los años 80.

Este negocio adopta perfiles muy variopintos que, sin embargo, comparten sin excepción el elemento de la explotación a la mujer. Lydia Delicado evocó los parques temáticos de prostitución de Nevada (EE.UU.), los macroburdeles de Alemania y Holanda, la figura de la chica joven convertida en novia permanente que debe fingir afectos como parte de sus servicios (Colombia), la prostitución a domicilio que ha proliferado exponencialmente durante el confinamiento o la prostitución extenuante a través de web-cam de chicas a las que no se les permite descanso alguno en 24 horas.

Nuestra invitada explicó que los estudios que ha manejado señalan que los vídeos más visitados en los canales pornográficos incluyen términos referidos a la familia como “hermanastro, hermana pequeña, tío…”, lo que demuestra que existe un deseo de ver violaciones en el ámbito familiar. Y afirma: “La violencia en ningún caso es erótica, y mucho menos, sexy”.

Todo lo que va ligado al consumo de pornografía por internet se ha desbordado en muy poco tiempo. Así, han surgido comunidades virtuales de consumidores de pornografía que generan su propio relato en el que, por ejemplo, el uso del preservativo se reduce a una expresión muy residual y todo el vocabulario es vejatorio para las mujeres. Lydia Delicado se retrotrae al siglo XVII y a las cartas de compraventa de mujeres en poblaciones como Granada, y establece un paralelismo entre el lenguaje y el contenido de los foros pornográficos actuales y los de aquellas cartas de esclavitud. Y lo vincula también con el documental My sex robot, donde se muestra la pujante industria de la construcción de muñecas sexuales hiperrealistas, con inteligencia artificial a través de un ordenador. La primera robot es de 2010, pero en estos diez años muchas cosas han cambiado (a peor): los consumidores demandan cada vez muñecas de apariencia más joven (niñas de 6-7 años). El mercado, la venta y la promoción están completamente normalizados porque no hay legislación en contra, a pesar de que lo que se ha construido, en realidad, es una esclava sexual en todos los sentidos, de manera que es frecuente leer en los foros el afán de simular violaciones. Lydia Delicado habla de proxenetismo sexual, y señala que nuestro código penal establece que toda representación que parezca un o una menor en un contexto sexualizado es considerado como pornografía infantil.

Para la mayor parte del público asistente desde nuestras aulas o desde sus casas, a través de Skype en los dos casos, el retrato que dibujó Lydia Delicado de esta industria y de sus implicaciones en la mujer y, por añadidura, en toda nuestra sociedad resultó demoledor. Nos presentó elementos, datos y realidades sobrecogedores y completamente desconocidos, que demuestran que en este ámbito poco varía estar en 2020 o en 1620 (cartas de compraventa de mujeres). Al terminar su exposición, se abrió un turno de preguntas, y también surgieron comentarios de felicitación y agradecimiento desde casa.

Fue aquí donde la doctora se manifestó en contra de la legalización de la prostitución, remitiéndose a los casos de Alemania u Holanda, donde se ha producido un efecto-llamada en los países del Este, que en modo alguno ha llevado aparejado una real libertad de elección, por lo que la explotación sigue siendo un hecho.

Lydia Delicado respondió a otras preguntas y comentarios que se le plantearon, pero quiso concluir su charla abogando por rehuir del miedo como pilar de la educación. Al contrario, se trata de trabajar como padres, madres, educadoras y educadores en la igualdad de trato, de representación y de valoración como elemento vertebrador de la libertad individual y de nuestra forma de relación.

José Antonio Ramos Pérez, Jefe de DACE

Jose Requejo Sanchez

There is 1 comment on this post
  1. María Angustias Guevara Martín
    enero 31, 2021, 2:28 pm

    Es muy positivo visualizar, difundir y denunciar todos los problemas que conciernen al maltrato hacia la mujer; a veces tan interiorizados que ni ella misma es consciente de que lo está sufriendo.
    Gracias por estar en la brecha de la igualdad

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